Una Europa entre Benet y Larbaud.
LA
TIERRA DEL GRAJO es prueba de que es posible situar una novela de
viajes tanto en los bosques de Karelia, en los del Alto Palatinado o en
las costas croatas de principios de siglo XX como en las provincias de
la España tradicional, tan denostada por todos. Las misma irradiación
poética es posible encontrar en los ordenados jardines de un sanatorio
suizo que en las agrestes montañas del interior de Castellón o en las
llanadas semiáridas alicantinas. Así lo vieron viajeros de necesidad o
de fortuna, como Larbaud o Unamuno. ¿Qué diferencia sustancial hay, a
los ojos del viajero, entre el valle del Palamó de principios del siglo
XX (pequeña artesa aluvial del extrarradio de Alicante, hoy convertida
en tierra de rotondas y edificios de varias plantas), con sus casas de
recreo modernistas y sus jardines de cipreses y palmeras, y las
soleadas laderas de la Toscana? Quizá entre ambas no haya más que la
distancia que impone el prejuicio más arraigado en España: aquél que
afirma que la tierra de nuestro país es la esencia misma del atraso. De
ese pretendido atraso secular que ha servido como justificación para el
desmembramiento de toda una cultura rural (a la que Sánchez Dragó viera
ya herida de muerte) para promover su asimilación a las formas que
impone el mundo anglosajón. LTDG, en la tradición de Juan Benet, Valery
Larbaud y Alvaro Cunqueiro, nos ofrece alternativas a esas formas
excesivamente rígidas. Y muchos, muchísimos kilómetros por recorrer,
por medio mundo. Pero de otra manera.
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¿Cómo se evalúa la disfunción eréctil?
La disfunción eréctil es un tipo de disfunción sexual masculina caracterizada por la dificultad para lograr o mantener una erección. Las causas pueden ser multifacéticas, por lo que el diagnóstico requiere un enfoque multifactorial.
Para evaluar la disfunción eréctil es fundamental conocer los antecedentes médicos del paciente. Una evaluación exhaustiva de la historia médica y sexual del paciente puede proporcionar pistas fundamentales. La evaluación tiene en cuenta la frecuencia de las erecciones, su satisfacción, el clímax y la eyaculación. También es esencial conocer las intervenciones quirúrgicas o tratamientos previos, especialmente si pueden haber afectado a los vasos sanguíneos o los nervios cercanos al pene. Además, tanto los medicamentos con receta como los de venta libre que toma el paciente pueden influir en la disfunción eréctil.
En ocasiones, la disfunción eréctil puede tener causas psicológicas, como la depresión y la ansiedad. Por lo tanto, la detección de trastornos mentales es una parte integral del proceso de evaluación.
Durante la exploración física, la atención se centra principalmente en los genitales, es decir, el pene y los testículos. El objetivo es identificar cualquier factor físico que contribuya a la disfunción eréctil. Se tienen en cuenta factores como la tensión arterial, los pulsos periféricos y la sensibilidad. Se examina el estado de los genitales y la próstata, con especial atención al tamaño y la textura de los testículos. Dependiendo de la edad y de los factores de riesgo, también pueden considerarse otros aspectos.
Existen pruebas especializadas para profundizar en las causas de la disfunción eréctil:
La primera línea para evaluar la disfunción eréctil suele ser un análisis de sangre. El objetivo de este análisis es identificar problemas de salud subyacentes que puedan estar causando disfunción eréctil. Afecciones como las cardiopatías, la hipertensión, la diabetes y el cáncer de próstata pueden ser posibles culpables.
La consulta con un profesional sanitario es crucial para una evaluación exhaustiva de la disfunción eréctil. Un enfoque múltiple garantiza un conocimiento exhaustivo que conduce a un diagnóstico preciso y a opciones de tratamiento eficaces.