Una Europa entre Benet y Larbaud.
LA
TIERRA DEL GRAJO es prueba de que es posible situar una novela de
viajes tanto en los bosques de Karelia, en los del Alto Palatinado o en
las costas croatas de principios de siglo XX como en las provincias de
la España tradicional, tan denostada por todos. Las misma irradiación
poética es posible encontrar en los ordenados jardines de un sanatorio
suizo que en las agrestes montañas del interior de Castellón o en las
llanadas semiáridas alicantinas. Así lo vieron viajeros de necesidad o
de fortuna, como Larbaud o Unamuno. ¿Qué diferencia sustancial hay, a
los ojos del viajero, entre el valle del Palamó de principios del siglo
XX (pequeña artesa aluvial del extrarradio de Alicante, hoy convertida
en tierra de rotondas y edificios de varias plantas), con sus casas de
recreo modernistas y sus jardines de cipreses y palmeras, y las
soleadas laderas de la Toscana? Quizá entre ambas no haya más que la
distancia que impone el prejuicio más arraigado en España: aquél que
afirma que la tierra de nuestro país es la esencia misma del atraso. De
ese pretendido atraso secular que ha servido como justificación para el
desmembramiento de toda una cultura rural (a la que Sánchez Dragó viera
ya herida de muerte) para promover su asimilación a las formas que
impone el mundo anglosajón. LTDG, en la tradición de Juan Benet, Valery
Larbaud y Alvaro Cunqueiro, nos ofrece alternativas a esas formas
excesivamente rígidas. Y muchos, muchísimos kilómetros por recorrer,
por medio mundo. Pero de otra manera.
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Viagra (sildenafilo) es un fármaco aprobado para el tratamiento de la disfunción eréctil (DE) en varones mayores de 18 años. Actúa aumentando el flujo sanguíneo al pene, ayudando a los hombres a conseguir y mantener una erección.
La empresa que produce Viagra no mantiene registros de usuarios menores de 33 años, y el medicamento no debe utilizarse en hombres jóvenes que no tengan problemas de erección. En general, la Viagra se considera segura cuando la prescribe un médico que conoce el historial médico del paciente y si el paciente toma el medicamento según las indicaciones.
Algunos hombres jóvenes que toman Viagra y Sildenafilo (la versión sin marca y el principal componente de Viagra) lo hacen para hacer frente a barreras psicológicas como la ansiedad y el estrés en torno al rendimiento sexual. Sin embargo, este uso recreativo está totalmente desaconsejado, ya que puede acarrear graves efectos secundarios y consecuencias para la salud.
Muchos hombres jóvenes toman cada vez más Viagra para aumentar su confianza, a menudo antes de salir por la noche. Pueden abusar del medicamento, creyendo que mejorará su rendimiento sexual y su confianza, aunque no tengan problemas de erección.
El uso recreativo de Viagra puede ser peligroso y provocar efectos secundarios como dolor de cabeza, malestar estomacal o diarrea, mareos, ardor de estómago, secreción o congestión nasal y hemorragias nasales. Además, el uso prolongado de Viagra puede aumentar el riesgo de dependencia psicológica y se ha asociado a diversos problemas de salud.
En general, la Viagra se considera segura, pero puede tener consecuencias para la salud y contraindicaciones, sobre todo si se toma en una noche de juerga con alcohol y narcóticos ilegales. La mezcla de estas sustancias puede aumentar el riesgo de efectos secundarios y otros problemas de salud.
La seguridad que proporciona el Viagra, unida a un uso cada vez mayor y a dosis más elevadas, puede crear adicción psicológica en algunas personas. Los hombres jóvenes que empiezan a tomar Viagra para conseguir erecciones pueden correr el riesgo de volverse dependientes con el tiempo. Esta dependencia suele ser más psicológica que física, pero puede ser igual de difícil de superar.
Los profesionales sanitarios desempeñan un papel crucial a la hora de garantizar que los jóvenes utilicen Viagra de forma segura. Deben ser consultados antes de utilizar el fármaco y pueden ayudar a educar a los pacientes sobre los posibles riesgos y beneficios de tomar Viagra, así como sobre tratamientos alternativos y estrategias para abordar la ansiedad por el rendimiento sexual.
Otros tratamientos seguros y eficaces para la disfunción eréctil son el tadalafilo, el vardenafilo y el avanafilo.
El tratamiento de los problemas psicológicos subyacentes y la promoción de cambios saludables en el estilo de vida también pueden ayudar a mejorar el rendimiento sexual sin necesidad de medicación.
En conclusión, aunque la Viagra puede ser un tratamiento seguro y eficaz para la disfunción eréctil si se utiliza de forma responsable y bajo supervisión médica, no se recomienda su uso en hombres jóvenes que no tengan problemas de erección. El uso recreativo y el abuso del fármaco pueden provocar efectos secundarios graves, consecuencias para la salud y dependencia psicológica. Es esencial que los hombres jóvenes consulten a profesionales sanitarios antes de utilizar Viagra y que exploren tratamientos y estrategias alternativos para abordar la ansiedad por el rendimiento sexual.