Una Europa entre Benet y Larbaud.
LA
TIERRA DEL GRAJO es prueba de que es posible situar una novela de
viajes tanto en los bosques de Karelia, en los del Alto Palatinado o en
las costas croatas de principios de siglo XX como en las provincias de
la España tradicional, tan denostada por todos. Las misma irradiación
poética es posible encontrar en los ordenados jardines de un sanatorio
suizo que en las agrestes montañas del interior de Castellón o en las
llanadas semiáridas alicantinas. Así lo vieron viajeros de necesidad o
de fortuna, como Larbaud o Unamuno. ¿Qué diferencia sustancial hay, a
los ojos del viajero, entre el valle del Palamó de principios del siglo
XX (pequeña artesa aluvial del extrarradio de Alicante, hoy convertida
en tierra de rotondas y edificios de varias plantas), con sus casas de
recreo modernistas y sus jardines de cipreses y palmeras, y las
soleadas laderas de la Toscana? Quizá entre ambas no haya más que la
distancia que impone el prejuicio más arraigado en España: aquél que
afirma que la tierra de nuestro país es la esencia misma del atraso. De
ese pretendido atraso secular que ha servido como justificación para el
desmembramiento de toda una cultura rural (a la que Sánchez Dragó viera
ya herida de muerte) para promover su asimilación a las formas que
impone el mundo anglosajón. LTDG, en la tradición de Juan Benet, Valery
Larbaud y Alvaro Cunqueiro, nos ofrece alternativas a esas formas
excesivamente rígidas. Y muchos, muchísimos kilómetros por recorrer,
por medio mundo. Pero de otra manera.
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¿Cuáles son los niveles de gravedad de la disfunción eréctil?
El Índice Internacional de la Función Eréctil (IIEF) es una valiosa herramienta que se emplea habitualmente para evaluar la gravedad de la disfunción eréctil (DE). Este instrumento comprende un conjunto de preguntas destinadas a calibrar diversas facetas de la función sexual masculina. En concreto, el IIEF ofrece información sobre aspectos como la capacidad eréctil, el orgasmo, el deseo sexual y la satisfacción durante el coito. Los encuestados deben responder a 15 preguntas que abarcan cuatro ámbitos principales de la función sexual masculina. Cada pregunta puede puntuarse de 0 a 5, lo que permite obtener una puntuación total que ayuda a clasificar la gravedad de la disfunción eréctil.
La clasificación de la gravedad de la disfunción eréctil mediante la puntuación del IIEF es exhaustiva y puede clasificarse de la siguiente manera:
Es de destacar que la investigación de JC Cappelleri en 1999 ha enfatizado esta clasificación, apuntalando aún más su aceptación y uso generalizados.
Aunque la puntuación del IIEF proporciona una forma estructurada de evaluar la gravedad de la disfunción eréctil, no es el único factor determinante. Una miríada de factores entran en juego cuando se considera el cuadro completo del estado de DE de un individuo:
Es imprescindible tener en cuenta que la gravedad de la disfunción eréctil puede manifestarse como leve, moderada o completa. Estas clasificaciones, aunque de uso común, pueden carecer de definiciones precisas. Sin embargo, sirven como términos orientativos en el ámbito del diagnóstico y la comprensión de la disfunción eréctil.
La disfunción eréctil, coloquialmente conocida como impotencia, se caracteriza por la incapacidad de una persona para lograr y mantener una erección lo suficientemente fuerte como para mantener relaciones sexuales. Si bien los contratiempos ocasionales en este ámbito pueden ser comunes, los problemas persistentes pueden ser indicativos de disfunción eréctil.
Una investigación realizada por E Banks en 2013 halló tasas variables de disfunción eréctil grave entre distintos grupos de edad.
Por ejemplo, la incidencia era del 2,2% entre los hombres de 45 a 54 años y del 6,8% entre los mayores de 54 años.
Aproximadamente el 10% de las personas que sufren disfunción eréctil padecen disfunción eréctil grave. Esto denota una incapacidad para lograr y mantener una erección lo suficientemente fuerte como para la penetración, lo que les impide mantener relaciones sexuales.
Es importante recordar que, aunque el IIEF y otras herramientas diagnósticas proporcionan información muy valiosa, el diagnóstico y el tratamiento holísticos de la disfunción eréctil requieren tener en cuenta tanto las facetas físicas como psicológicas del trastorno.